Y POR ESO NO ME GUSTAN LOS GATOS Edit


TEXTO: Carmela Trujillo.

ILUSTRACIONES: Emilio Urberuaga.

EDITORIAL: Bambú.



LA TRAMA

Marina tiene 7 años y tiene muy claro que no le gustan los gatos, tampoco a su mejor amiga Elena.

En clase tienen que hacer una redacción que se titula: “Este animal no me gusta”, así que muy enfadadas recuerdan qué es lo que les hicieron estos “malvados” animales.



Esta es una de esas historias que te dejan con muy buen sabor de boca, por su simpático humor, la inocencia de sus protagonistas y un desenlace que no te esperas.

Piensas: ¿pero cómo a unas niñas de 7 años no les van a gustar los gatos? ¿Tendrán un trauma debido a un ataque gatuno?

Ahí es donde Carmela Trujillo nos sorprende con un giro interesante e inesperado: (si no quieres saberlo ¡No sigas leyendo!)

Las mamás de nuestras protagonistas les dicen que unos gatos se han llevado atención...
¡Sus chupetes!
A Elena se lo contó su madre: Un gato entró por la ventana y ¡vaya por dios! casualmente se llevó todos, no dejó ni uno solo.
Marina al contárselo a la suya y pedirle su chupete, ¡qué casualidad! Resulta que también otro gato se los había llevado todos toditos.

“-¡Pero bueno! ¿Se han vuelto locos todos los gatos o qué?” 

Exclama sin comprender nada.


Mamá en un tono resignado (y muy despreocupado) cierra la conversación con un: “Es lo que pasa con los gatos ladrones de chupetes”. Acto seguido hace una cosa muy extraña, abraza a la mamá de Elena y se chocan la mano diciendo ¡por fin! bajo la atenta y atónita mirada de las dos niñas.

Aquí es cuando se dibuja una enorme sonrisa en tu cara mientras lees y piensas: ¡Ay estas madres qué pillinas! Y recuerdas todos los malabares que tus amigas y conocidas han tenido que hacer para quitar los chupetes a sus peques. Demasiada gente implicada, los reyes magos, Papá Noel, Olentzero, los gigantes de fiestas y muchos más (habría que hacer un profundo análisis por cada región).
¡Menudo trabajo!

Por suerte nosotros no tuvimos que pasar por ello pero igualmente me sorprende y encanta esta trama tan original con el tema principal de los chupetes y la fase de hacerlos desaparecer.

Carmela nos cuenta cómo se le ocurrió esta historia:

CÓMO SURGIÓ "Y POR ESO NO ME GUSTAN LOS GATOS"

En palabras de su autora Carmela Trujillo:

"Y por eso no me gustan los gatos” nació porque yo quería escribir algo bueno, con chispa, para poder editar en Bambú, que es una editorial que me gusta mucho, mucho. Quería que la protagonista (quería que fuera una niña con una amiga del alma) recordara algo de su infancia (se volvía loca por los chupetes) y que se enfrentara a algo en el presente (la temible presencia de los piojos). El título surgió tras la irrupción, en la historia, de ciertos gatos ladrones de chupetes que actúan sin dejar rastro, para perplejidad de las dos inocentes amigas.

            La editorial no solo quedó encantada con el original, sino que buscó a unos de los mejores para ilustrarlo: Emilio Urberuaga. Y el resultado es este magnífico libro para primeros lectores, con imágenes a doble página, donde se combina el aspecto fresco de la infancia y los guiños a las madres y padres agobiados por no saber cómo quitarles/esconderles el chupete a sus retoños cuando llegan a una edad que ya no toca.

            Al año siguiente volví a publicar con Bambú (“El héroe de la piscina”). Y el próximo año saldrá otro título más con ellos.



Emilio Urberuaga se encarga de ilustrar esta divertida historia con sus peculiares e inconfundibles trazos. Su creación más conocida es el personaje de Manolito gafotas y por aquí le tenemos un cariño muy especial a Carlota en “Carlota no dice ni pío”, escrito por José Carlos Andrés y a la que podéis conocer aquí.

Trazos con vivos colores sobre fondos blancos nos llevan a través de esta historia, con un estilo muy personal. A pesar de que a nuestras protagonistas no les gustan los gatos, las páginas están graciosamente cargadas de ellos, bien en forma de peluche, de dibujo colgado en la pared, como decoración de un bolso, de un jersey o bien dentro de un transportín.

A destacar: El hacendoso papá. No lo vemos hasta el final, que está en la cocina batiendo huevos. Cuando sale a hablar con Marina lo vemos con una toalla enroscada en la cabeza a modo de turbante, y por supuesto con las varillas para batir los huevos. Tiene algo muy importante que decir, y es que uno no puede ir poniéndose los gorros ajenos. ¿Por qué lo dirá?

Curiosamente, tanto hablar de gatos ladrones y malvados, y al final de esta historia resulta que hay otros animales aún peores. Unos bichitos nada agradables y que creo no gustan absolutamente a nadie.






Déjate llevar por esta divertida historia que hará reír a los más peques. Recomendado para mayores de 7 años pero nuestro peque con 5 se ha reído mucho. ¡Qué tramposas las mamis! Me ha dicho. Y yo... ejemmm... mejor no digo nada.





Compra el cuento "Y POR ESO NO ME GUSTAN LOS GATOS"en tu librería habitual, en la web de la editorial.

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