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TEXTO E ILUSTRACIONES: Eva Clemente.

EDITORIAL: Emonautas.


LA TRAMA


El planeta tierra se despertó una mañana con unos terribles picores. 

Le picaban los Polos Norte y Sur, el Amazonas, el océano Atlántico y le escocían muchísimo algunos continentes.

Comenzó a rascarse tan fuerte,  ¡Ras ,ras! que los habitantes del planeta, tanto animales como humanos, no comprendían qué estaba pasando. Todo bailaba, incluso un simple soplidito de alivio se convirtió en un terrible tifón.

¿Qué pasa, qué pasa?

Todo era un caos hasta que por fin dejó de rascarse para poder escuchar a los niños que llevaban un buen rato intentando preguntar por el origen de aquel revuelo.

Entonces el planeta, habló.


Eva Clemente, editora de Emonautas, escribe e ilustra este texto tan necesario para concienciar a peques y adultos sobre el cuidado de nuestro planeta.
Porque solo tenemos uno, no lo olvidemos, y a mí, no me apetece mudarme... Bueno... quizá a Bligulef donde vive nuestro simpático amigo Blef, al que ya conocimos hace un tiempo.
Un alienígena al que le cambian los tentáculos de color según su estado de ánimo y del que su mamá, Eva, está muy orgullosa. Puedes leer reseñas y ver varios de los videocuentos aquí.


En  “¿Qué le pasa al planeta?” Eva nos presenta una historia sencilla y escrita con humor, tomando como protagonista al mismísimo planeta tierra, personificándolo para que los más peques puedan empatizar con él y puedan llegar a sus propias conclusiones.

El planeta tierra comienza a rascarse debido a unos fuertes picores que está sufriendo. Un recurso original y alegórico, que dota de sencillez a la trama para que sea comprensible por todos.

Por medio de unas trabajadísimas ilustraciones hechas con plastilina, en las que se distinguen los contrastes entre el color y los tonos grises para representar las ciudades y fábricas, vamos viendo cómo el planeta se queja sin poder evitar generar cierto caos por medio de tifones y fuertes temblores. Los niños son quienes se paran a escuchar por fin lo que el planeta tiene que decir y lo más importante: A reflexionar.



“Desde hacía ya un tiempo le pasaban cosas muy raras. 
Se estaba quedando calvo por algunas zonas. 
¡Y eso que no tenía ni 4.500 millones de años!
Y últimamente tenía tanto calor que...
¡Hasta se derretían los polos!
Cada vez se sentía más sucio y recalentado...”



Y para que quede cale hondo en nuestras conciencias se van enumerando los problemas y consecuencias que el ser humano ha ido generando a lo largo de los años:

Deforestación, residuos, gases, calentamiento, contaminación, extinción de especies animales, agotamiento de recursos...

La “fabriquitis”, ese consumismo imparable que agota los recursos y contamina nuestro planeta, es también un punto de reflexión importante desde el punto de vista de los niños que empiezan a despertar, preguntándose qué sería del planeta sin fábricas. De ellas salen los teléfonos, televisores, coches y... ¡Los juguetes!
Pero al planeta no le da tiempo de recuperarse con tanta basura y contaminación.

La conclusión la hace ofreciendo medidas sencillas y pequeñas acciones, pero que entre todas suman pudiendo dar unos grandes resultados.



CÓMO SURGIÓ "¿QUÉ LE PASA AL PLANETA?"

En palabras de la autora Eva Clemente.

Siempre he sentido amor por la naturaleza y me preocupa lo que está ocurriendo con nuestro planeta. La ecología no es un tema de moda, sino de actualidad, que nos afecta a tod@s y que no podemos permitirnos ignorar. Sin embargo, los problemas medioambientales son tan complejos que a veces nos quedamos con la idea de que los cambios los tienen que hacer quienes tienen más poder (multinacionales, gobiernos, instituciones...) o quienes creemos que causan mayor impacto (grandes empresas, industrias, etc). En definitiva, otr@s. 

Obviamente se necesitan cambios estructurales importantes, pero, ¿por qué no los vamos iniciando nosotr@s?

Creo que hay que ser conscientes de que no existen las soluciones mágicas, pero sí formas diferentes de hacer las cosas en nuestro día a día. Pequeñas acciones que, aunque quizá nos cuesten más tiempo, esfuerzo o dinero, son increíblemente importantes. No solo porque con la suma de ellas minimizaremos nuestro impacto en el planeta, sino porque estaremos dejando un valioso e imprescindible legado a nuestr@s hij@s al educarl@s como ciudadan@s responsables con el entorno. Esa es para mí, sin ninguna duda, la aportación más exponencial que podemos hacer: Educar día a día a nuestr@s pequeñ@s en el respeto. El cambio de mentalidad es la verdadera revolución.

Esta ha sido la gran motivación para escribir este cuento, mi pequeña contribución. 



Al final del libro, como en todos los que forman parte de la familia de Emonautas, se nos ofrece una interesantísima guía pedagógica donde se explican conceptos interesantes como el efecto invernadero y el calentamiento global, los recursos naturales, la huella ecológica o las tres R: Reducir, Reciclar y Reutilizar.

También nos ofrece actividades como crear nuestros propios juguetes reciclados, cultivar semillas o poner una hoja de papel al aire libre para ver cómo cambia de color debido a la contaminación.


¡Reflexionemos!

En nuestra mano está cuidar de nuestro planeta porque somos parte importante de esa contaminación, del consumismo desmesurado que hace que esa “Fabriquitis” se vuelva tan aguda y sobre todo enseñemos a nuestros hijos a respetar a nuestro planeta, que nos está pidiendo ayuda a gritos. Como bien dice Eva, el futuro no está solo en manos de las grandes corporaciones o los gobiernos.
TODOS tenemos que hacer algo.

Nuestros hijos son el futuro, y si no hacemos nada, son quienes verán cómo muere nuestro planeta poco a poco.



Compra el cuento "¿QUÉ LE PASA AL PLANETA?" en tu librería habitual o en la web de la editorial.

TEXTO:  Gisela Burunat.

ILUSTRACIONES: Adrián Lucas.

EDITORIAL: Cuatro hojas


LA TRAMA

Todo lo que los niños necesitan saber sobre el agua está explicado en este cuento en forma de 15 versos en los que se descubre este bien tan preciado en muchos de sus aspectos. El agua, el líquido elemento que tanto les llama la atención es el protagonista de cada una de las páginas y que gracias a ellas los niños tomarán conciencia de lo importante que es conservarlo.

 MIS IMPRESIONES

¿Qué tendrá el agua que a los peques tanto llama la atención?

Eso mismo se preguntaba su autora, Gisela Burunat, que se animó a escribir este pequeño cuento de la mano de la editorial Cuatro hojas, con textos breves, rimados y en mayúsculas para el deleite de los más peques y adultos, porque nunca está de más recordar que el agua es vital para la existencia, la nuestra y la de otros seres que pueblan el planeta. 

Nos lo presentan en un formato pequeño, muy cómodo para que los peques lo manejen y está cargado de humor gracias a las geniales ilustraciones de Adrián Lucas que acompañan a textos que hablan directamente al lector:

“Cuando no la uses, cierra bien el grifo, el agua es valiosa, ¡No gastes ni un pizco!”


Frases como esta ayudan a que desde bien pequeñitos tomen conciencia del cuidado del medio ambiente, en este caso de un bien tan preciado como el agua.

En la portada vemos a dos hermanos paseando sobre los charcos y pienso en el poderoso atractivo que tienen para los niños, ¡porque el agua también está para divertirse! Da igual que vistas a tu hijo con chandal para corretear por ahí, un poco más vestido con vaqueros y calzado de vestir... ¡No importa! Charco que vea, allá que irá cual gacela thomson (he tenido que mirar el nombre en el diccionario) imposible de agarrar y con un triple salto mortal caerá en el charco, 
¡en lo más profundo además!


COMO SURGIÓ "AGUA, GOTITAS MÁGICAS"

En palabras de su autora Gisela Burunat.

"Agua, a-guaaa", repetía mi hija con afán. ¿Qué tendrá el agua que la volvía loca? ¿Su estado líquido? ¿Su potencial de juego? Le entusiasmaba el agua en todas sus formas y recipientes: lluvia, charcos, vaso, bañera... Y fue así de simple, me apeteció hacer este libro para ella y para todas las niñas y todos los niños que se fascinan con este elemento. Los versos reflejan situaciones protagonizadas por el agua. 

Y como la maternidad me dejaba poco tiempo para el proyecto, por el largo camino hasta materializarlo llegó su hermano, otro fanático del agua. Y así es como ambos sirvieron de inspiración para las ilustraciones. Espero que las familias disfruten leyendo este libro junto a sus peques y lo aprovechen para inculcarles el valor del agua desde chiquitines.


Cada página nos muestra el agua en sus diferentes estados: líquido en forma de río, mar, lluvia o lágrimas y sólido en forma de nieve o cubitos de hielo como los que decoran las guardas. Unos cubitos que se derriten ¿en un posible guiño al cambio climático?

Nuestros protagonistas, dos simpáticos hermanos nos mostrarán mediante las divertidas ilustraciones estos diferentes estados y cómo podemos hacer un uso correcto del agua.

Situaciones cotidianas graciosamente representadas por estos dos hermanos como por ejemplo un baño con mucha espuma (parece que al peque no le gusta demasiado), bebiendo agua de la botella como si no hubiera un mañana, una guerra de bolas de nieve o hasta una imagen tierna cuando la niña se hace daño en la rodilla y su hermanito la abraza hasta aplastar su moflete contra la cara de su hermana.
El cuento termina con un precioso arcoíris, otra forma más que el agua nos brinda, dando la oportunidad a los papis para que expliquen a sus hijos cómo se produce este precioso fenómeno.


Las últimas páginas están dedicadas al mensaje que WWF España ha escrito para que todos nosotros tomemos conciencia de lo importante que es cuidar el medio ambiente y el agua, del importante papel que juega en los seres vivos y el paisaje natural. Nos habla de la importancia de las aguas subterráneas, una reserva estratégica para los tiempos de sequía, la adaptación de los ecosistemas naturales y seres vivos al ciclo del agua, unos ecosistemas que enriquecen el paisaje con ríos, lagos y humedales siendo el hogar de multitud de especies.

Concluye con unas medidas básicas a tener en cuenta y poner en práctica para un consumo responsable como la instalación de dispositivos ahorradores en grifos, aprovechar el agua al máximo posible para diferentes cosas como lavar la verdura y regar las plantas después o reducir el consumo de carne ya que se necesitan de 10.000 a 15.000 litros para producir un kilo de carne de vacuno procedente de la ganadería intensiva ya que los animales necesitan grandes cantidades de cereales.


Un libro para hacernos reflexionar de una forma divertida... 
y ya solo me queda decir:

¡AGUACADABRA!




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