LÁGRIMAS BAJO LA CAMA

TEXTO: Ana Meilán. 

ILUSTRACIONES: Marta Mayo.

AUTOPUBLICACIÓN.

LA TRAMA

¡Eres un llorón! Le dicen a Simón desde muy pequeño porque lloraba por todo: Cuando tenía hambre, cuando le picaba un pie o porque quería dormir. Va creciendo y llora porque quiere un helado de chocolate, porque no quiere ir al cole o porque papá se marcha a trabajar.
Un día se harta de que le llamen llorón por lo que decide no llorar más delante de la gente y guardar todas sus lágrimas y las de los demás en botes bajo su cama. Pero pronto se dará cuenta de que un mundo sin lágrimas no es precisamente lo mejor.

CÓMO SURGIÓ "LÁGRIMAS BAJO LA CAMA"

En palabras de la autora Ana Meilán:

A las musas les debe gustar el invierno, la lluvia resbalando por los cristales y hasta vernos en bata y zapatillas, porque así llegó Simón.

Mi marido salía a trabajar y Vera, nuestra hija pequeña, se agarraba a su pierna (igual que hace Simón en una página del libro). Vera lloraba desconsolada tratando de que se quedara a jugar. Yo intentaba calmarla, le explicaba que volvería pronto y que podrían jugar todo cuanto quisiera, pero ninguna de mis palabras eran suficientes, solo lloraba y lloraba. Algo hizo clic dentro de mí, porque Simón llamó a mi puerta, me senté en el ordenador y simplemente me dejé llevar… 

¿Qué pasaría si el mundo se quedara sin lágrimas?

MIS IMPRESIONES

Lágrimas bajo la cama, un cuento que nos habla de una forma muy cariñosa sobre el llanto, la tristeza y su expresión en forma de lágrimas, y que a su vez nos invita a reflexionar sobre reprimir estos sentimientos y estas lágrimas, que creo que son siempre muy necesarias para sacar lo que llevamos dentro, tanto niños como adultos. 

Cuando un niño sufre y lo expresa con lágrimas, normalmente los adultos no le damos la importancia que ellos le dan y soltamos frases como: "No seas llorón", "venga que no es para tanto"... Para nosotros no lo es pero ellos pueden hacer un mundo con eso, se frustran mucho más porque papá, mamá o los abuelos no los entienden.

¿Os imagináis lo duro que tiene que ser empezar a llorar por algo y nadie te comprenda y además te dice que te calles porque es una tontería? No soy psicóloga pero soy madre y desde luego tengo comprobado algo que es de sentido común: En lugar de reñirles por llorar o quitarle importancia al asunto, no nos cuesta nada agacharnos a su altura y hacerles ver que les comprendemos, ayudarles a gestionar esa frustración y cómo poder solucionarla. Ya sé que hablar es muy fácil pero empecemos por ahí, si ellos se sienten comprendidos es un gran paso adelante para llegar a la calma.

Cuando Simón decide dejar de llorar (y reprimir sus emociones) un adulto le dice: ¡Muy bien Simón, eres un hombre hecho y derecho! Con lo que decide quitar también las lágrimas a todo el mundo que vea llorando, porque para eso es un hombretón. Mal, mal y mal. A ver si nos entra en la cabeza: 

LLORAR NO ES MALO. 

LLORAR ES IGUAL A EMOCIÓN. 

LLORAR NOS QUITA UN PESO DE ENCIMA.

LLORAR ES ALGO DE LO QUE NO HAY QUE AVERGONZARSE. 

Las ilustraciones de Marta Mayo hechas con fondos blancos para destacar bien a los personajes, coloridas y expresivas que transmiten a la perfección las emociones que la historia trata de transmitir.

¿Os habéis fijado que es mamá la que está arreglando el lavabo? un detalle que me ha encantado en estos tiempos que corren, sin más explicaciones y pasando desapercibido para normalizarlo.

Botes de distintos tamaños y con tapas de diferentes colores llenan los bajos de la cama de Simón hasta que se da cuenta de que sin lágrimas, los bebés no pueden avisar cuando tienen hambre o les pica un pie, o cuando un adulto está triste así que decide devolvérselas a todos porque se da cuenta de que llorar es necesario.

Dejemos llorar a quien lo necesite, arropémoslo, lloremos, que en esta vida no hay botes suficientes para guardar nuestras lagrimas de "llorones" ni falta que hacen...

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