TEXTO: Raquel Díez Real.
ILUSTRACIONES: Mónica Carretero.
EDITORIAL: Onada Edicions.
LA TRAMA
Serafín es un coqueto y presumido príncipe, larguirucho como un espagueti, que cada mañana peinando su larga melena repite las mismas palabras frente al espejo:
Espejo, espejito...
¿Quién es el príncipe más bonito?
Un día decide que ha llegado el momento de casarse y cuelga un enorme cartel anunciando su oferta de compromiso.
Pretendientas y pretendientes singulares desfilan por el castillo para lograr conquistar al coqueto príncipe que no termina de decidirse por la peculiaridad de cada uno de ellos.
Solo la pirata Renata consigue abrirle los ojos para siempre.
Estamos ante un álbum que rompe totalmente con los estereotipos de género, un canto a la libertad de elección, a no dejarse guiar por lo establecido y es que Serafín nos ha conquistado por estas razones:
- Humor: Si seguís la trayectoria de Raquel, veréis que siempre utiliza el humor para el disfrute de los peques, bien si se trata de un Piojo saltarín que va de cabeza en cabeza, o bien si es un duende que trata de ayudar a los niños a comer bien y a no tener miedo a la hora de ir a dormir. Esta vez no iba a ser menos, tratando temas tan importantes de una forma optimista, alegre y desenfadada pero con un trasfondo intenso e interesante.
- Serafín: Un personaje que está lejos de los prototipos principescos que conocemos o nos han vendido siempre: Hombretones guapos, musculosos y fuertes al rescate de bellas princesas en apuros. Serafín es alto y delgaducho, con nariz alargada, coqueto, sensible y de orientación sexual indefinida (porque no importa). Como claro estereotipo de príncipe o princesa, Serafín decide que ya es hora de casarse como manda la tradición y se repite tantas veces en los cuentos de hadas. Pero esta historia no es como las demás, ya que esta vez es el príncipe quien es rescatado por una mujer: Una pirata fuerte, valiente e independiente que le abre los ojos y le hace ver que lo más importante en la vida es hacer lo que uno mismo siente y sueña, que no tenemos por qué seguir lo establecido, únicamente algo que es de sentido común: Ser nosotros mismos.
- Personajes: No solo no importa la orientación sexual de Serafín, sino también la de los personajes dispares y divertidos que van apareciendo con intención de pretender a nuestro protagonista sin importar si es príncipe o princesa y ofrecerle sus habilidades o tratos que Serafín no está dispuesto a aceptar. La vampira Casimira que era tan blanca que parecía un muñeco de nieve con colmillos, se ofrece para alimentar a su príncipe con papilla como si fuera un bebé pero le entra el hambre y pide una pizza (¿llevará ajo?). El brujo Don Pirujo aparece en escena, un maniático de la limpieza dispuesto a limpiar hasta la última esquina del castillo, los mocos, las pulgas, los restos de maquillaje y las manchas de su traje y sin ningún miramiento por supuesto desea casarse con él. La rana Juana dice ser una joven doncella encantada esperando un beso de amor de un príncipe que rompa el hechizo, pero alejándose de la tradición de los cuentos de hadas Serafín no quiere saber nada por pesada. El sireno Macareno, calvo, con bigote y una triste alga tratando de tapar su escasez de pelo está interesado en casarse con Serafín a cambio de su larga y hermosa melena, algo que Serafín por supuesto rechaza firmemente. Pisando fuerte aparece la gigantona Ramona con vestido de novia que casi conquista al desesperado príncipe ofreciéndole dulces sueños ausentes de ronquidos. Serafín está emocionado hasta que una tormenta de flatulencias hace que salte por los aires y con ella sus expectativas salgan volando. Pero por suerte cae en brazos de la pirata Renata, valiente, guerrera y aventurera que aunque físicamente poco agraciada, hace que Serafín caiga rendido ante su sonrisa. Ella será quien consiga abrir los ojos a nuestro príncipe animándole a que disfrute de la vida y realice sus sueños:
Tú enamórate del mar, de las estrellas, del cielo,
de un buen filete guisado con salsa de caramelo...
¿Por qué estás empeñado en encontrar un amor?
Mejor báñate en el lago, ¡yo te presto el flotador!
Recógete una coleta, paséate en bicicleta,
escucha a los pajaritos y come unos huevos fritos.
Deja ya de lamentarte porque no puedas casarte.
¿No tienes otra ilusión?
¡Búscala en tu corazón!
Todos estos personajes dan una vuelta completa a los estereotipos de los cuentos de hadas como ya he dicho, el brujo obsesionado con la limpieza, un sireno que no es precisamente una belleza (todo lo contrario) y una pirata que termina rescatando al príncipe quitándole la idea de casarse de la cabeza.
BRAVO
No ha sido fácil publicar este álbum y Raquel nos lo cuenta...
CÓMO SURGIÓ "EL PRÍNCIPE SERAFÍN"
En palabras de su autora Raquel Díez:
¿Por qué escribí El príncipe Serafín?
Por rebeldía. Lo he dedicado a la censura en la LIJ, y a la lucha POR LA IGUALDAD. Para mí también ha significado una liberación como autora, una reivindicación al sentimiento de libertad en la creación literaria. Aún en el siglo en el que estamos, la libertad de expresión literaria está muy enmascarada bajo los disfraces de una tolerancia hipócrita.
“A la censura, a los protocolos, al prejuicio, al conformismo, a la opresión, a los tabús, al convencionalismo, a la exclusión…
Que nada te impida enseñar las tripas de tu ser LIBRE”
Si preguntas por la orientación sexual del príncipe…
Solo te diré que yo no lo sé. Habría que preguntárselo a él… pero pienso que la clave está en la naturalidad de la narración. El objetivo es que este aspecto se vea con naturalidad, pues no es lo importante de la historia…La búsqueda de la libertad y de la felicidad es lo interesante.
Serafín busca pretendientes y pretendientas, no rechaza a priori a ninguna persona por su condición sexual, ni étnica.. Esta premisa apenas se destaca a nivel explícito porque la historia se está narrando con tal naturalidad, que normaliza esta idea.
Que el público que lea la historia la reciba con naturalidad, es lo que nos da la clave del avance social con respeto a la tolerancia a la diversidad en este sentido. Por supuesto habrá sociedades que no asimilen aún esta realidad, y les chirríe o no le encaje con la cultura dominante. Pero creo que el tema más clave sobre el que hay que reflexionar, es en la búsqueda de esa felicidad, que se puede encontrar en la libertad del ser de cada cual, y no en lo que le dicta una sociedad o una cultura.
Este peculiar príncipe y sus pretendientes han sido representados fantásticamente bien por una gran ilustradora como Mónica Carretero. Con una larga trayectoria y un estilo inconfundible, ha plasmado perfectamente lo que la autora intenta transmitir, personajes disparatados con rasgos exagerados para salirse de todos los cánones, Serafín con su barba de tres días, su larguísima melena con corona y lazo en la cabeza es maravilloso. Transmite una candidez e inocencia a los que no estamos acostumbrados en este tipo de personajes, y mucho menos a una pirata nada agraciada pero de la que Serafín se queda prendado con total naturalidad, sin prejuicios de ningún tipo.
Este coqueto y presumido príncipe consigue realizar su sueño y olvidándose de todo lo demás conoce lo que es la verdadera
LIBERTAD.
Compra el cuento "EL PRÍNCIPE SERAFÍN"en tu librería habitual, o el Corte inglés.
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